El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dio a conocer un paquete de estímulo récord de 113.000 millones de dólares destinado a revitalizar la economía del país en medio de una desaceleración del crecimiento y una inflación en aumento. El plan integral incluye ayudas en efectivo para hogares de bajos ingresos, subsidios para pequeñas empresas e inversiones en energía verde e infraestructura digital. Kishida enfatizó que el paquete está diseñado para abordar tanto las presiones económicas inmediatas como los desafíos estructurales a largo plazo.
La economía de Japón se ha enfrentado a vientos en contra este año debido al lento gasto de los consumidores, las interrupciones de la cadena de suministro y la incertidumbre económica mundial. La depreciación del yen frente al dólar ha exacerbado aún más las presiones inflacionarias, aumentando los costos de importación de energía y materias primas. El nuevo paquete de estímulo tiene como objetivo aliviar estas cargas al tiempo que fomenta la innovación y la sostenibilidad en industrias clave.
Uno de los aspectos más destacados del paquete es un enfoque en proyectos de energía renovable, en línea con el objetivo de Japón de lograr la neutralidad de carbono para 2050. El gobierno planea invertir fuertemente en infraestructura de energía eólica y solar, al tiempo que incentiva la participación del sector privado en el desarrollo de energía limpia. La transformación digital es otra prioridad, y se han asignado fondos para ampliar las redes 5G y apoyar a las empresas tecnológicas emergentes.
Los críticos sostienen que la creciente deuda pública de Japón podría socavar la eficacia de esas iniciativas de gasto a gran escala. Sin embargo, Kishida defendió el plan de estímulo como necesario para garantizar la estabilidad y la resiliencia económicas. Instó a las empresas y a los ciudadanos a trabajar juntos para superar los desafíos actuales y, al mismo tiempo, construir un futuro más sostenible. Los economistas son cautelosamente optimistas sobre el impacto potencial del paquete, pero subrayan la necesidad de reformas estructurales para complementar las medidas fiscales.