En una sorprendente maniobra política, el partido JxCat del expresidente catalán Carles Puigdemont ha unido fuerzas con el opositor Partido Popular (PP) en una votación parlamentaria para abolir un impuesto a la producción de electricidad. Esta inesperada alianza ha causado una conmoción en la política española, señalando una creciente ruptura entre Puigdemont y el gobierno del primer ministro Pedro Sánchez. La medida supone un cambio significativo en el delicado equilibrio de poder que ha sustentado el gobierno de coalición de Sánchez, lo que podría amenazar su estabilidad y plantear preguntas sobre el futuro de las relaciones hispano-catalanas.
La colaboración entre JxCat y el PP, tradicionalmente enfrentados en materia de independencia catalana, refleja la creciente insatisfacción de Puigdemont con el enfoque del PSOE en las cuestiones catalanas. Este realineamiento político sigue al rechazo de JxCat al proyecto de presupuesto del ejecutivo para 2025 el verano pasado, lo que complica aún más la agenda legislativa de Sánchez. El presidente del Gobierno se enfrenta ahora al reto de navegar en un panorama político más hostil, en el que los siete escaños que ostenta el partido de Puigdemont resultan cruciales para mantener la mayoría parlamentaria del Gobierno.
El PP ha aprovechado esta oportunidad para criticar el liderazgo de Sánchez, y el portavoz del partido, Miguel Tellado, ha destacado la declaración de Puigdemont de que el presidente del Gobierno “no es de fiar”. Esta retórica pretende sacar provecho de las crecientes tensiones dentro de la coalición y presentar a Sánchez como un líder poco fiable. Sin embargo, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha intentado restar importancia a la votación, describiéndola como “un paso absolutamente inicial” en un proceso legislativo más largo.
El deterioro de la alianza entre Puigdemont y el PSOE comenzó poco después de la firma de un acuerdo bilateral en noviembre de 2023, que permitió a Sánchez asumir el cargo y teóricamente aseguró un apoyo parlamentario vital hasta 2027. Este reciente desarrollo sugiere que las bases del acuerdo pueden ser menos estables de lo que se pensaba inicialmente, lo que podría poner en peligro la capacidad del gobierno para aprobar leyes clave e implementar su agenda política.
Mientras España lidia con las secuelas de las devastadoras inundaciones y se prepara para posibles desastres futuros, esta agitación política agrega otra capa de complejidad a los desafíos del país. Las próximas semanas y meses serán cruciales para determinar si Sánchez puede reconstruir los puentes con el partido de Puigdemont o si esto marca el comienzo de una nueva era de inestabilidad política en España. Con los ojos de la nación y de Europa observando de cerca, el resultado de esta partida de ajedrez político podría tener implicaciones de largo alcance para la gobernanza de España y su enfoque de la autonomía regional.